
Partido con sabor añejo entre Athletic y Real Madrid. Bilbao, San Mamés, diciembre. Césped con barro. Gradas llenas. Fútbol puro.
El Real Madrid mostró su cara más contundente como visitante, basando sus armas en las paradas de Casillas y el olfato infinito de Van Nistelrooy como goleador. El Athletic de Caparrós sigue tranquilamente avanzando, han pasado una crisis institucional muy grande pero tienen el entrenador idóneo para enderezar la nave. La prueba: no se casa con nadie. La revelación de las primeras jornadas: Markel Susaeta, no fue ni convocado. O se suda en todos los entrenamientos o no eres nadie.
La primera parte deparó un fútbol de alta presión por parte de los bilbaínos que asediaban la meta de Casillas gracias a la calidad de Iraola en la banda derecha y al pundonor de Etxeberria. No tendrá técnica, pero sabe cómo ponerse a disposición del equipo. El error: ayer no estaba Aduriz, el mejor goleador del Athletic, sino el irregular Llorente, capaz de lo mejor y de lo peor. Ayer no tocó ninguna faceta, simplemente no hizo acto de presencia, exceptuando un cabezazo que paró Casillas. El Madrid, mientras tanto, esperaba y en algunos contraataques, Robinho y Raúl daban una sensación constante de peligro a la defensa local.
Se llegó al descanso con la lesión de Ustaritz y un gol bien anulado a Ramos por fuera de juego (de él y de Pepe). El partido era de lo más vibrante que había. La segunda parte esperaba ansiosa para comenzar. El Real Madrid se fue despertando y Van Nistelrooy no es un cartero, no llama dos veces; en un repartidor de mensajería urgente, una vez y gol. Esta vez desde fuera del área. El Athletic cayó sumido en una profunda depresión, todo su buen hacer y constante presión se fueron a la basura. Robinho y Van Nistelrooy pudieron sentenciar pero no hubiera sido justo. Al final, Llorente falló una ocasión y entre protestas de todos se terminó el partido.
Los mejores del partido fueron Casillas, que siempre salva al Madrid haga frío o calor, juegue en el Bernabéu o en San Mamés; e Iraola, un talentoso banda derecha que no destaca tanto como Yeste o Aduriz pero sin él el Athletic no sería lo mismo.
El apunte: Sneijder visitó la Catedral por primera vez y le hicieron hombre. La contundencia del Athletic se personificó en sus piernas marcadas por la intensidad del partido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario