Semana de tensiones. Ahora que todo el mundo presta atención al baloncesto, el mundo del fútbol se pone nervioso y los trapos sucios salen por todos los lados.
Para empezar, la Selección española vuelve a mostrarnos su cercanía al público con varios alardes de estupidez por parte de la Federación que preside Ángel María Villar. Ya de por sí no es lógico que cuando la Selección juegue contra rivales de inferior categoría (Letonia, Armenia y demás) los hagan jugar en campos pequeños como pueden ser el Carlos Tartiere de Oviedo o el Antonio Amilivia de León. Esto es contraproducente porque los equipos pequeños se sienten a gusto en estadios pequeños y ya les damos un motivo más para que se encierren. Lo suyo sería jugar todos los partidos en el Bernabéu, Sánchez Pizjuán, Camp Nou, etc. Pero interesa "acercar la Selección a todas las Comunidades", pero claro, esto tampoco sucede. ¿Cómo quieren que la gente se interese si cuando va a su ciudad hacen entrenamientos a puerta cerrada? Así crea antipatía la Selección de fútbol. Que se dejen de gaitas y reconozcan que lo que interesa no es acercar la Selección a la gente, sino conseguir dinero de toda la gente. Un España - Letonia en el Bernabéu no da dinero, en el Tartiere sí, porque por muy caras que sean las entradas, la gente quiere ver fútbol internacional donde no lo hay.
Y si hablamos del poco tacto que tiene Luis Aragonés con los aficionados y medios de comunicación apaga y vámonos. Es lastimoso que un responsable de un organismo nacional no dé la cara. Sin más. Ahora no es plan que dimita porque tiene que terminar el trabajo que empezó para la Euro 2008, pero después... Viento fresco. A él y a Villar (Si se puede, porque si el CSD lo obliga a irse, la FIFA podría echar a España de las competiciones).
El otro fuego de la semana viene cómo no de Barcelona. Laporta se indigna porque no quiere que se vayan los internacionales con sus países. Y en un acto de coherencia critica a la RFEF porque quiere que Catalunya juegue un amistoso contra Estados Unidos. Ahí sí llevaría a todos sus jugadores y a un Francia - Escocia o a un Letonia - España no. Quizá ya vaya siendo hora de que se quite su máscara de deportista y se meta en la política que es lo que le interesa, pero por favor, lejos del Barcelona si no quiere que los barcelonistas no catalanistas pierdan motivos para identificarse con ese que dicen "más que un club".
13 septiembre 2007
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