Mientras Cristiano Ronaldo va haciendo un tour por el mundo auto-publicitándose, o más bien rogando a quien quiera que le escuche, que sólo él se merece el Balón de Oro y el FIFA World Player, alguien está trabajando en la sombra. Mientras Messi reconoce que a él se la pela que le den el Balón de Oro dado el desmesurado interés de Ronaldo para ganarlo, alguien reparte juego. Mientras Kaká asume que él ya no está entre los tres mejores jugadores del mundo (se espera que regrese al podio glorioso), alguien da una asistencia de gol.
Nadie merece este Balón de Oro tanto como Xavi Hernández. El principal argumento de Ronaldo son los títulos, y Xavi dirigió una exitosa conquista europea por los campos de Austria y Suiza. A Messi dicen que le ha faltado continuidad por las lesiones. Xavi Hernández no ha tenido lesiones este año y ha sido titular indiscutible con cuatro entrenadores (Frank Rijkaard, Luis Aragonés, Pep Guardiola y Vicente del Bosque). Kaká tiene elegancia y por ello merecería repetir este año, pero quien dude de que el de Terrassa no tiene elegancia que vea la jugada del segundo gol español ante Chile (3-0). Ese taconazo que dejó seco a un duro defensa chileno encargado de darle golpes al cerebro español hasta desactivarlo. Obras de arte como la de ayer merecen un Balón de Oro, pero también lo merecen los saques de pillo en las jugadas de estrategia que decantan un partido, o los goles desde la frontal del área que está patentando.
En definitiva, y por justicia, Xavi Balón de Oro.
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