11 julio 2008

Llega el fin de la crisis


No es la del país, ni es la mitad de importante, pero también se habla mucho de ella. La crisis del Barcelona está encarando su recta final, ahora entrará en una especie de estancamiento hasta septiembre, pero lo normal sería que surgieran elecciones de la Asamblea de socios compromisarios.

Más que nada porque el club está ahora descabezado en todos los sentidos. Joan Laporta ha querido aferrarse al cargo de presidente, muy glamuroso, pero realmente él en la vida del Barcelona ha hecho más bien poco. Sus únicos méritos se limitan al fichaje de Eto'o y al destierro de los Boixos Nois del Camp Nou, pero no porque atentaran a la imagen del Barcelona, sino porque amenazaron a su familia, siempre en beneficio personal antes que colectivo.

Tras la nueva oleada de dimisiones, hay dos que sobresalen por encima del resto y que perjudicarán mucho al club. Ferran Soriano ha sido la figura más relevante en el ámbito económico. Ha conseguido que el Barça lograra superávit en las temporadas sucesivas a la catástrofe de Joan Gaspart. Nadie sabe si la deuda a largo plazo y el crédito contraído con La Caixa se han saldado ya, pero económicamente es uno de los clubes más sanos del mundo.

La otra piedra angular es la de Marc Ingla. Era vicepresidente deportivo estos últimos meses, pero lo cierto es que nunca tuvo aptitudes para ese cargo. Donde realmente resaltó fue en el área de merchandising y mercadotecnia del Barcelona. Él supo explotar mejor que nadie las posibilidades que la marca Barça tenía dentro y fuera del país. Si en China y Los Ángeles la referencia es el equipo azulgrana es gracias a sus esfuerzos conjuntos con la multinacional Nike y el boom de imagen que supuso la llegada de Ronaldinho. No hay que olvidar que fue uno de los artífices de la camiseta amarillo pistacho de la temporada 2005/06, la cual arrasó en ventas.

A partir de ahora nadie sabe quién dirigirá el club ni con qué funciones concretas. Lo único que se sabe es que serán amigos de la infancia de Joan Laporta, con vaya usted a saber qué credenciales para tomar el timón de un club con millones de aficionados por todo el mundo que no quiere ver cómo los colores azul y grana van asociados a la palabra escándalo o crisis en los próximos años.

Si las elecciones se produjeran a día de hoy, la victoria estaría reñida entre Ferran Soriano y Sandro Rosell. Son los dos que mejor imagen se han granjeado de la etapa en la presidencia de Laporta. Uno es un as en las finanzas y el otro sabe de fútbol un rato largo, además de tener mano en Nike y demás negocios deportivos. Una conjunción entre ambos sería divina, pero el 'soci' tendrá que elegir entre ellos dos. Laporta se presentará, pero con crédito negativo, el que le dio la moción de censura, que no prosperó por la falta de movilización de los socios, que de haberse empapado más de la importancia del asunto hubieran empujado un poco más para alcanzar ese 66,6% de votos que al final se quedó en un 60,6%. Por parte de todos se necesita más responsabilidad, incluso de los socios, cuya labor no es sólo pagar por su butaca.

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