24 junio 2009

¡Zas! En toda la boca


Algo me decía esta mañana que las cosas no iban bien. A pesar de que consideraba a Estados Unidos como una selección respetable antes de empezar la Copa Confederaciones, la mala impresión dejada ante Italia y Brasil me hizo cambiar de opinión. España, mientras tanto, se metió ganando los tres partidos en semifinales. Ganando, pero sin hacer ningún tipo de ruido. Es más, con juego muy ramplón ante Irak y Sudáfrica. Aviso para navegantes que nadie escuchó.

Cuando escuché la noche anterior la radio, todos recordaban los penalties ante Italia. Qué bonito, qué maravilla. Cambió el sentido de la existencia de la Roja. Nadie dijo que había un partido importante ante Estados Unidos, una semifinal. Leo la prensa por la mañana, y entrevistas a jugadores. Puyol ya no se obsesiona tanto con el fútbol. Normal, tiene todos los títulos posibles menos el Mundial... Y la Confederaciones. Pongo la TV. Reportaje en Cuatro: Capdevila y Cazorla compitiendo en deportes americanos (bolos y billar). Nada sobre el partido. Me preocupo.

Pienso y rebusco en mi memoria la tarde antes. Me lleva al 2006. Barcelona campeón de Europa. Supercopa de Europa ante el Sevilla. Nadie habla. Premios, anuncios, fanfarria, elogios... Y un rival en la sombra. Se acabó el Barça de Ronaldinho. A volver a construir otro.

Por fortuna esta selección no jugó tan mal ante Estados Unidos como el Barça ante el Sevilla. Simplemente no fue el día de Torres, Villa, Xavi y Ramos. Esto se puede enderezar, porque en Sudáfrica faltaba una pieza básica del precioso motor español: Iniesta. Suena ventajista, pero hay que poner las cosas en orden: una Copa Confederaciones no es un Mundial; y francamente, no apetece jugarla después de una temporada larga. ¿Se hubiera llenado la Cibeles de haber pasado a la gran final? No, el rival es Estados Unidos. Muy poca enjundia. Recuerdo del año anterior: semifinales ante Rusia, equipo con escasa tradición en la última década. Llenazo en las fuentes de toda España: ¿Dónde está Arshavin? Se cantaba. Lastimosamente ningún medio de comunicación ha hecho hincapié suficiente en crear ni siquiera una figura a la que temer en Estados Unidos, mitad por los resultados de los 'yankees', mitad por la mala trayectoria que llevaban. Pero se podía haber hecho. Podíamos haber avisado que Altidore es una bestia parda, o que Onyewu es un central como la copa de un pino. No se hizo, es tontería lamentarse. Ahora, un bolo que nadie verá ante Brasil o Sudáfrica y a descansar, que el año que viene es año pre-Mundial.

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