24 junio 2007

El sub-fútbol en la grada

Hoy ha jugado el Alcalá contra el Girona la final de la fase de ascenso a Segunda División B. El Alcalá ha perdido 1-2 para caer en la eliminatoria por un global de 4-2 ante un equipo gerundense que ha demostrado una seriedad bastante buena y un gran goleador que el año que viene en Segunda B dará que hablar: Miki Albert. El partido lo tenía controlado el Alcalá, tanto que en el minuto 4 ya iba ganando, yo no había llegado al estadio aún pero se oyó el rugir de la grada, que casi casi llenó el Virgen del Val. Pero lo peor estaba por llegar, un jugador del Girona supo buscar las cosquillas a la pieza clave del Alcalá en defensa, Gonzalo, forzando su expulsión en el minuto 40. A partir de ahí el partido se calentó y fútbol más bien poco, además, el Alcalá se descompuso por completo en el centro del campo y la defensa.

También se anuló un gol al Alcalá cuando el resultado iba 1-1 y ese gol hubiera forzado la prórroga, pero el juez de línea dijo que era fuera de juego de Machicado y el gol no subió al marcador. Previamente había anulado otro gol al Girona. La afición del Alcalá no tragó con esto y dedicó durísimos y gravísimos insultos al árbitro y sobre todo al linier. Eran del calibre "Ojalá que metan a tu familia en el autobús y les pongan una bomba". Sin comentarios. No es justificable este tipo de comentarios por mucho que los árbitros perjudiquen al Alcalá y la presencia del portavoz de la Federación en la presidencia nos haga más daño que beneficio. No es justificable en absoluto que la gente comience a tirar botellas porque no ha pitado a favor de su equipo, recordemos que esto es un deporte, no una cuestión más allá del divertimento.

Pero esto era el principio del esperpento, ni Valle-Inclán hubiera recreado mejor escenas tan crudas como las de esta mañana en el Virgen del Val. Si el estadio se hizo famoso por las escenas dantescas del Alcalá - Hércules de hace dos años, en ese tiempo no ha merecido quitarse esa etiqueta de estadio conflictivo. A falta de una marea del equipo contrario (había 50 personas como mucho del Girona), comenzaron a insultarse aficionados del Alcalá con otros aficionados del Alcalá. Ya no es necesario que vengan aficiones rivales como la del Rayo a buscar bronca con nosotros, ya nos la buscamos nosotros con los nuestros. Es horrible estas imágenes y ver cómo niños de siete años las presenciaban. Luego que si somos Patrimonio de la Humanidad. Con gente cómo esta, Alcalá no merece tener un equipo en Segunda B, y puede que tampoco merezca tener equipo. El lema de la Ciudad Deportiva de Alcalá es "Alcalá es deporte", pero parece que el fútbol no quiere entrar en ese lema. Mientras tanto, a disfrutar de los demás deportes que se practican aquí, porque con el fútbol no encuentras ni deportividad ni nada que se le parezca.

Vergonzoso

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