30 junio 2008

Una deuda pendiente con la historia


Arconada fue un magnífico portero, el mejor de aquella década. Hizo una Eurocopa'84 tremenda. Pero llegó Platini, el antipático presidente de la UEFA, ese hombre al que no le sentó nada bien la victoria española. Y le puso el balón bajo su cuerpo. La mala fortuna hizo el resto. Una injusticia tremenda para el bueno de Arconada, que se ganó una fama inmerecida. Ayer era el día, 24 años después para olvidar todo aquello.

Pero alguien no lo olvidó, y quiso poner a Arconada en el lugar que se merece. Palop no dudó en ponerse la misma zamarra de aquella infausta tarde, y casualmente fue su verdugo, Platini, ese francés maldito, el que le puso la medalla de campeón a Arconada. Da igual que debajo de su camiseta estuviera Palop. Esa medalla se la merecía el gran portero de los 80'. Y Platini, sin saberlo, devolvió el equilibrio al universo. Le dio su medalla al mismo al que se la robó. Y no precisamente por su calidad, sino por un golpe de suerte. Como más duele a un portero. Pero ayer le dolió más al hoy presidente de la UEFA rectificar todo aquello. No le quedaba otra. Platini es sólo uno más de los europeos a los que les molesta ver a la Roja campeona y les quedan cuatro años para tragar a Fábregas, Xavi, Iniesta, Casillas, Reina, Albiol, Marchena y cía... Ah, y a Arconada junto a Palop.

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