Al fin

Se consiguió. Ha sido más largo que un parto, concretamente ha durado cuarenta y cuatro eternos años el volver a sentir a un capitán español en la cima del fútbol. Le tocó a Casillas, un auténtico bólido que no cejará hasta batir todos los récords con la Roja.

El partido ha sido vibrante. De esos en los que la tensión no desaparece. Nadie quería un rotundo 3-0 como el de las semifinales. Sufriendo se disfruta más, se canta más. Hubo sudores en esos últimos minutos en los que nadie se fíaba de los balones largos alemanes colgados al área española. No obstante, Alemania es Alemania y no sería la primera vez que hace una de esas. Pero ayer no tocaba, ayer al fútbol le dio por impartir justicia, esa que lleva negando a los nuestros desde hace 44 años y que, por fin, se hizo efectiva.

Tenemos la mejor escuadra. La delantera es temida por todos (el delantero suplente es el Pichichi de la Liga). El centro del campo no tiene comparación y va directo a marcar una época. La defensa se olvidó de críticas y se dedicó a hacer su trabajo con sobriedad y eficacia. Y en la portería, en la portería no hay modo de entrar. Tres partidos en la fase final, cero goles. El que quiera sacar otro tipo de conclusiones que las haga, pero el capitán, el portero, el cerrojo fue más indestructible que nunca.

Ahora toca cuatro años de presumir que somos campeones de Europa. Y lo haremos con la cabeza alta, con el mejor de los juegos posibles y una alineación que todos tenemos ya grabada en nuestra memoria. Es tiempo de disfrutar del buen fútbol, porque en el Olimpo ya no están las defensas, están los delanteros, la magia, está España. Y que se preparen Argentina y Brasil en Sudáfrica.

Ah, por cierto, en la foto se aprecia. En esta Selección jugaron 24 jugadores. Había un sitio reservado para Antonio Puerta, no pudo festejarlo en el campo, pero estuvo presente. Es un internacional más campeón de Europa.